Sley es una bioquímica con un importantísimo proyecto entre manos que ella misma lidera. Pero pronto descubrirá que los retos académicos no siempre son los más difíciles de superar. Uno personal, llamado Timothée Calascione, tambaleará todo su mundo y lo pondrá patas arriba.¿Vas a seguir haciendo ruiditos? El tono de Timothée era serio, pero pareció tener una sonrisa bajo la nariz. Yo no he hecho ruiditos aseguré mirándolo como si estuviera loco. Lo estaba si creía que yo había hecho ruiditos. Sí, cada vez que abres una caja tu voz se vuelve aguda y los haces como si fuera una celebración. Te lo has imaginado. Lo que sea que estés haciendo en tu portátil debe ser tan aburrido como para eso. Me giré sintiendo que las mejillas se me teñían de rojo. —Sí, lo es, pero una cosa no quita la otra. —Oí la sonrisa en su voz mientras se acercaba. No. Donde estabas ya estabas bien. Lejos. Como debe ser. *Procede a empujarlo con la mente*. ¿A qué se debe tu alegría ahora? —Se inclinó sobre la mesa para ver lo que contenía la caja abierta aún en el suelo No se detuvo hasta estar a mi lado. Mierda. No. Vete. Vaya, un increíble tubo con un corcho —soltó irónico—. Asombroso. Ahora entiendo tus gritos. Eso no es un corcho, solo que el tubo cambia de color. Y lo que estás observando es un increíble mechero bunsen y sí, es asombroso. ¿Qué hace?—Calienta muestras y sustancias químicas. Como un mechero normal. ¿Te parece un mechero normal? Alcé las cejas dispuesta a defender a mi bunsen. No hay nada en este laboratorio que me parezca normal. Contuve la risa. Me mordí la lengua y me di la vuelta. Distancia, maldita sea, distancia. Resumen en audio ahora, andrajosa bioquímica traicionera, o te disecciono», ordenó Dásya. Les hice un breve resumen de lo sucedido en las últimas veinticuatro horas. «Vas a convertirte en una científica famosa, concluyó Bloom. «Como la Melindren Cohen esa», escribió Vívica. «Mildred Cohn, escribí mientras mis hombros se movían de la risa. Eso he dicho, escribió Vívica. Nos alegramos mucho de que haya ido tan bien, Sley, pero esta es una amenaza formal: si vuelves a desaparecer tanto tiempo teniéndonos expectantes de noticias, enviaré a mis matones a domicilio, dijo Dásya. «Que vienen siendo unas cabras furiosas, soltó Vívica. Lo tendré en cuenta, me grabé en audio para que vieran lo que me hacían. Estas cambian el estado de ánimo de cualquiera y lo mejoran por mil. Yo tengo una pregunta, cabras aparte, dijo Bloom. Desembucha», dije. ¿Cuándo decís que nos vamos de vacaciones?
Download and start listening now!
Be the first to write a review about this audiobook!